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Por: Balvanero Balderrama García
Como en el cuento de Pedro y el Lobo, se anuncia y se anuncia y la lluvia nada más no llega. Medios informativos nos ilusionan al señalar que habrá “lluvias puntuales por la tarde”, “lluvias fuertes”, de diferentes maneras se nos informa y… nomás no.
La semana pasada, tuvimos días muy nublados, incluso truenos… nublados, por la mañana, mediodía, tarde y noche… y lo más que pudimos tener fueron dos o tres leves chipi chipi en la ciudad de Villa de Álvarez.
Leí una publicación de Miryam Cruz sobre el buen temporal, y cómo los campesinos hacen todo un ritual para que llueva lo justo; que no es otra cosa, nos comenta, que la lluvia necesaria, ni menos porque hará falta a las siembras ni de más porque las puede echar a perder.
Hace unas semanas, con lluvias en mayo –creo-, el temporal se veía prometedor. Incluso, llegué a escuchar que ante la disminución de actividades por la pandemia, la naturaleza estaba retomando su ritmo también con el temporal de lluvias.
Ha llovido escasamente, pero con una lluvia más o menos fuerte se pudo apreciar que las obras realizadas en torno a la glorieta de Los Perritos para evitar las inundaciones y darle fluidez –aunque llueva- a una vía muy importante para, al menos, cuatro municipios, no funcionaron como se prometió y se esperaba.
Lo que sigue de manera abundante –aunque no queramos- son: el incremento de casos positivos y decesos por el COVID-19, la violencia en todas sus manifestaciones, los desacuerdos políticos que afectan de manera directa a la mayoría, la pobreza y la desigualdad, carencias y necesidad.
No hay economía que resista a la crisis sanitaria que afecta al orbe todo este 2020; y la economía nacional no es la excepción, los diferentes indicadores que nos proporcional el INEGI –con las limitantes metodológicas propias de la pandemia- nos ofrecen un panorama nada halagüeño.
Y si a nivel nacional se observan serias problemáticas, éstas se vuelven verdaderas tragedias en miles y miles de hogares que no pueden tener lo mínimo necesario para enfrentar esta situación. Muchos desde antes no lo tenían –ingresos, empleo, vivienda, escuela- y muchos otros han ido perdiendo con lo que contaban –ingreso, empleo, etcétera-.
La lluvia se retrasa y nos afecta a todas y a todos; es indispensable que llueva, ojalá que no sea cierto eso que está volviendo a tomar fuerza, lo de los cañones antigranizo que disipan las nubes y alejan el temporal.
Autoridades de diferente nivel y responsabilidad dicen que no se ha comprobado su existencia y uso, ciudadanas y ciudadanos afirman que sí ¿Quién tiene la verdad? Por lo pronto, lo cierto es que la lluvia brilla por su ausencia.
Esperemos que pronto se haga presente para refrescar el ambiente, darle vida a las siembras, llenar las presas y que los mantos freáticos se renueven.
balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
