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Por Marina Rodríguez.
A raíz de la contingencia ocasionada por COVID-19, miles de familias han tenido que permanecer en casa a manera de prevención, y aunque esto sin duda ha disminuido el margen de contagio, también ha sido motivo de riesgos en contra del bienestar familiar.
De acuerdo a datos proporcionados por la consultora Nielsen México, tan solo del 5 al 11 de abril, en el país hubo un incremento del 63% en venta de bebidas alcohólicas, esto en comparacion del mismo periodo en 2019.
Y aunque el consumo de alcohol podría asociarse erróneamente por la sociedad como “relajante” o “preventivo”, es importante mencionar que no disminuye el estrés, y mucho menos el riesgo de contagio a SARS-COV-2, sino que por lo contrario, aumenta en diversos factores.
A través de la conferencia emitida por parte de la Secretaría de Salud Colima, el Director del Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA), Abel Ramos González, emitió los riesgos que se pueden vivir dentro del hogar, al estar en confinamiento con una persona con problemas de alcoholismo.
“Cuando se abusa del alcohol comienza a debilitarse el sistema inmune, es decir, las defensas, y eso facilita que cualquier microrganismo pueda entrar y generar alguna enfermedad, por otro lado favorece directamente a la aparición de presión arterial, hipertensión, obesidad y descontrol en personas diabéticas, por lo tanto aumenta los factores de riesgo en esta pandemia”, señaló.
Asimismo mencionó que el consumo excesivo de alcohol puede generar depresión y comportamiento agresivo, aún cuando no se hayan tenido conductas previas a él, sobre todo en menores de 21 años de edad en donde el sistema nervioso aún no ha madurado lo suficiente.
“Hay que mencionar que no sólo es una afección a la persona que toma, sino que afecta la calidad de vida de toda la familia […] el trastorno por abuso de alcohol favorece a la violencia psicológica, gritos, humillaciones; favorece a la violencia física, golpes; también la violencia económica, se gastan todo en las bebidas o no se da para la despensa, todo esto implica una violencia y por qué no decirlo, también incita la violencia sexual”.
Conforme a datos proporcionados por la Secretaría de Gobernación, en México la violencia de género aumentó entre un 30 y 100 porciento a partir del confinamiento por COVID-19, tres de cada diez mujeres son víctimas de violencia, 66% de manera física, y 22% de manera psicológica y verbal.
Es necesario que durante el confinamiento, cada integrante de familia se mantenga alerta de la situación que se vive dentro de casa, se denuncien casos de violencia y se tengan alternativas al ocio, así como también se lleve una alimentación saludable, se evite consumo de alcohol, tabaco y drogas.
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